Los actores ensayan para el último montaje de un teatro que pronto será demolido. La escena es de La habitación número seis, de Chéjov. Ellos son el gran y ya retirado Adriano Fontana y Pablo, el joven actor del momento. La escena se interrumpe gracias a las divagaciones mentales del viejo actor, a quien se le aparecen, vez tras vez, fantasmas de su pasado: su abuela, su madre y su versión de niño. Estas interrupciones, más la dificultad de aprenderse la letra y los lapsos inexplicables en los que Adriano se pierde en personajes teatrales de su pasado, son una tortura para Julián Reyes, el director y escritor de la obra. Julián, de la mano con Loreta, su fiel asistente, y Nora, la productora de este teatro en sus últimos dÃas, se esfuerzan por limar asperezas entre sus dos estrellas, aunque cada uno tiene que lidiar con sus propias inseguridades.
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